SALUD

Como afecta a nuestra salud el cambio de estación

Siempre miramos el calendario en busca de fechas que señalan acontecimientos importantes, cumpleaños, feriados, las ansiadas vacaciones, el comienzo de clases y acontecimientos que marcan nuestro día a día, pero, ¿somos conscientes de la repercusión que los distintos cambios ambientales que se producen durante el año tienen en nuestra salud?

Los cambios de estaciones y sus efectos sobre cómo nos encontramos es algo que tenemos muy integrado en nuestra sabiduría popular y que además, científicamente, está basado en cambios reales que afectan a nuestro organismo. Vamos a descubrir cuáles son los mecanismos que producen esas situaciones en las que podemos llegar a sentirnos faltos de energía o más vulnerables a ciertas enfermedades y cómo combatirlos.

¿Qué le ocurre en los momentos de cambio de estación a nuestro organismo?

Nuestro cuerpo tiene sus propios mecanismos de regulación, pero en determinados momentos del año se producen cambios ambientales que, en cierto modo, lo descompensan. Asociamos el otoño, por ejemplo, a los resfriados y catarros, al cansancio y abatimiento que nos impide levantarnos frescos por las mañanas.

Estos son trastornos causados por la dificultad para adaptarnos a nuevos horarios, rutinas y climatología. Y presentan cuadros sintomáticos fácilmente identificables.

El otoño y las afecciones respiratorias

El otoño nos cansa porque tenemos que adaptarnos a días más cortos, nos hace sentir bajos de energía porque volvemos a nuestras rutinas (escolares o de trabajo). Dejamos atrás las vacaciones con el consiguiente abatimiento y, además, los cambios de temperatura (empieza a hacer más frío) afectan a nuestras vías respiratorias haciéndolas más susceptibles de contraer molestas infecciones como catarros o gripes.

Cómo combatir la fatiga propia de los cambios estacionales

Los consejos básicos para afrontar la sensación de falta de energía, de somnolencia y falta de motivación pasan por mantener unos hábitos de sueño y alimentación adecuados. Cumplir con un horario racional a la hora de irse a la cama es el mejor remedio para adaptarnos a cambios en las horas de luz y en nuestras rutinas diarias.

La alimentación deberá ser variada e incluir sus buenas dosis de frutas y verduras (mejor si son de temporada) e hidratarse convenientemente, costumbre a mantener durante todo el año. Además, el ejercicio regular mantiene nuestro cuerpo tonificado y despierto, contribuyendo de forma activa a deshacernos del estrés.

Cómo mantener el sistema inmunitario en forma en un cambio de estación

Con el otoño es conveniente empezar a abrigarnos para evitar sensaciones de enfriamiento, además de lavarnos las manos de forma más habitual ya que pasamos más tiempo bajo techo, por las condiciones climáticas, y se favorecen los contagios de virus, que hoy en día tanto debemos evitar.

De nuevo un estilo de vida sano, con horas de sueño suficientes, una dieta rica en nutrientes y ejercicio realizado de forma habitual, serán cruciales para evitar situaciones de debilidad que nos hagan más vulnerables a las amenazas externas.

Dra. Sonia Milstain. Médica especialista en Gastroenterología y Nutrición. MN. N.º. 109907 MM. N.º. 279.

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