Rotura de meniscos
¿Qué son los meniscos?
Los meniscos son dos estructuras de fibrocartílago que se ubican en el interior de la rodilla. Mejoran la función articular, siendo almohadillas que amortiguan el peso del cuerpo y las presiones. De esta manera proporcionan a la articulación de la rodilla mucha estabilidad y tienen un papel clave en el buen funcionamiento articular. Las rodillas son las articulaciones más vulnerables y que pueden sufrir mayores lesiones, ya que soportan grandes presiones y asumen cualquier fuerza excesiva, haciendo un esfuerzo de amortiguación y disipación de fuerzas, donde los meniscos tienen un papel fundamental.
Diagnóstico
Un menisco desgarrado a menudo puede identificarse durante un examen físico. Es posible que el médico te coloque la rodilla y la pierna en diferentes posiciones, te observe caminar y te pida que te pongas en cuclillas a fin de precisar la causa de tus signos y síntomas.
Pruebas de diagnóstico por imágenes
- Radiografías. Debido a que el menisco está hecho de cartílago, un menisco desgarrado no aparecerá en las radiografías. Pero las radiografías pueden ayudar a descartar otros problemas en la rodilla que causan síntomas similares.
- Resonancia magnética. Usa un campo magnético potente para producir imágenes detalladas de los tejidos duros y blandos de la rodilla. Es el mejor estudio por imágenes para detectar un menisco desgarrado.
Tratamiento
Por lo general, el tratamiento para un menisco desgarrado comienza de forma moderada en función del tipo, el tamaño y la ubicación del desgarro.
Los desgarros asociados con la artritis a menudo mejoran con el tiempo cuando se trata la afección, por lo que la cirugía generalmente no está indicada. Muchos otros desgarros que no están asociados con el bloqueo o con un bloqueo del movimiento de la rodilla se volverán menos dolorosos con el tiempo, por lo que tampoco requieren cirugía.
Tu médico puede recomendarte lo siguiente:
- Descansar. Evita las actividades que agraven el dolor de rodilla, especialmente cualquier actividad que haga que tuerzas, rotes la rodilla, o gires sobre esta. Si el dolor es intenso, el uso de muletas puede aliviar la presión de la rodilla y favorecer la recuperación.
- Aplicar hielo. El hielo puede reducir el dolor y la hinchazón de la rodilla. Aplica una compresa fría, una bolsa de verduras congeladas o una toalla llena de cubitos de hielo durante unos 15 minutos cada vez, manteniendo la rodilla elevada. Haz esto cada 4 a 6 horas durante uno o dos días y, luego, con la frecuencia necesaria.
- Medicamentos. Los analgésicos de venta libre también pueden ayudar a aliviar el dolor de rodilla.
Terapia
La fisioterapia puede ayudarte a fortalecer los músculos que rodean la rodilla y también la musculatura de las piernas para ayudar a estabilizar y sostener la articulación de la rodilla.
Qué puedes hacer
Antes de una cita, debes estar preparado para contestar las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo ocurrió la lesión?
- ¿Qué estabas haciendo en ese momento?
- ¿Escuchaste algún chasquido fuerte o tuviste una sensación de chasquido?
- ¿Se te hinchó mucho la zona después de ese momento?
- ¿Te lesionaste la rodilla anteriormente?
- ¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
- ¿Parece que ciertos movimientos mejoran o empeoran tus síntomas?
- Cuando intentas mover la rodilla, ¿se bloquea o sientes una especie de bloqueo?
- En algún momento, ¿sientes que la rodilla es inestable o que es incapaz de soportar tu peso?