SALUD

Frío y dolor en huesos y articulaciones

Muchas personas que sufren dolores articulares observan que cuando cambia el tiempo y llueve o viene el frío tienen más dolor en sus articulaciones. También las personas que han sufrido fracturas por traumatismo sienten dolor en los huesos afectados unas horas o días antes de que baje la presión atmosférica. ¿Pero esto tiene algún fundamento científico o se trata simplemente de una creencia popular? ¿Hay alguna relación entre dolor articular y el clima?

Efectos de la climatología en las articulaciones

Aunque el frío no es la causa desencadenante y único del dolor articular, parece que las bajas temperaturas pueden agravar los síntomas de ciertas enfermedades, como las reumáticas (en las cuales se produce un desgaste del aparato locomotor y del tejido conectivo) y, concretamente, aquellas que afectan a las articulaciones. Así lo explican muchas personas que sufren dolor articular, sobre todo, personas de edad avanzada o aquellas que se han lesionado recientemente. Estos pacientes a menudo se quejan de dolor en las rodillas, en los tobillos, en los pies (especialmente si sufren de juanetes) o en las manos, si tienen artrosis de muñeca o artrosis de la mano. A día de hoy no existe una evidencia científica clara, pero hay diversas teorías que podrían explicar el binomio frío/dolor articular.

Según una de ellas, el frío contrae los músculos como mecanismo de defensa para mantener la temperatura corporal, hecho que favorece la aparición del dolor y la rigidez articular. Debemos pensar que unas articulaciones ya desgastadas sufren aún más si los músculos son sometidos a una situación de estrés (en este caso, la contracción brusca debida al frío). También parece que los cambios barométricos (cambios en la presión del aire o del agua) podrían afectar a las terminaciones nerviosas sensitivas, acentuando la sensación de dolor articular. De hecho, científicamente sí que están diagnosticados los barotraumas (es decir, los daños en el cuerpo causados por cambios barométricos); uno de los más comunes es el dolor de oídos cuando cambiamos de altitud; un ejemplo sería cuando viajamos en avión, buceamos en el mar o vamos en coche entre montañas.

Según otra teoría, los cambios barométricos y el frío podrían afectar la viscosidad del líquido sinovial (el líquido encargado de lubricar la articulación que actúa como un cojín entre esta y los huesos, tendones y/o músculos que hay a su alrededor). Este aumento de la viscosidad se traduciría en mayor rigidez y fricción articular, lo que explicaría el dolor que sienten los pacientes en las articulaciones con los cambios meteorológicos.

Dolor y meteorosensibilidad

Los pacientes con dolor articular cuando cambia el tiempo son personas «meteorosensibles», es decir, individuos que presentan una mayor sensibilidad a los cambios meteorológicos que otros. La meteorosensibilidad es el síndrome según el cual las condiciones climatológicas y estacionales nos afectan, tanto a nivel psicológico como físico, y se calcula que el 30% de la población la padece. En consecuencia, las personas que experimentan este síndrome pueden sufrir distintas meteoropatías (es decir, patologías asociadas a los cambios de tiempo), desde dolor articular, depresión, dolores de cabeza u otras dolencias.

En un estudio realizado en seis países europeos con personas que sufrían artrosis de rodilla, los que refirieron más dolor articular a causa del frío y la humedad fueron los pacientes españoles. Esta metereosensibilidad podría deberse a varios motivos: causas genéticas, mayor sensibilidad o bien falta de hábito al frío, a diferencia de las personas que viven en los países nórdicos, más acostumbradas a las bajas temperaturas o quizás con un umbral de dolor más elevado.

Tengo sensibilidad a los cambios meteorológicos: ¿Qué puedo hacer?

Si te reconoces como una persona sensible a los cambios meteorológicos y sufres dolores articulares, lo mejor es anticiparte al cambio de tiempo para poner en práctica algunas medidas preventivas. Es cierto que no siempre es fácil hacerlo o que la previsión meteorológica puede variar, pero puedes reducir los dolores asociados al mal tiempo si sigues estos sencillos consejos:

Realiza ejercicios suaves de estiramientos;

Aplicar calor seco local en la articulación afectada;

Toma medicación analgésica o antiinflamatoria indicada, bajo prescripción médica).

Puedes intentar reducir los dolores articulares realizando ejercicios suaves de estiramientos, aplicacando calor seco local y tomando medicación analgésica o antiinflamatoria. Y es que, ya lo dice el refrán: al mal tiempo, buena cara.

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