¿Qué información tenés que conocer para saber lo que te llevas a la boca?
Casi todos los alimentos que consumimos actualmente, son procesados de alguna manera, ya sea para hacerlos más agradables o para ser preservados para su consumo posterior.
Aunque muchos tipos de procesamiento son necesarios, beneficiosos y no generan daño para la salud, existen muchos otros que la perjudican.
Para poder entender esto, se ha creado una clasificación que agrupa los alimentos según su grado de procesamiento:
- alimentos naturales frescos y que son mínimamente procesados.
- alimentos procesados.
- alimentos ultraprocesados.
Alimentos naturales y frescos
Son los alimentos obtenidos de plantas o de animales que no sufren ninguna alteración tras extraerse de la naturaleza.
Ejemplo de ellos son, frutas, verduras, carnes y huevos. Se recomienda su consumo.
Alimentos mínimamente procesados
Son alimentos naturales que se han sometido a un procesamiento sin la adición de sodio/sal, azúcares, aceites, grasas ni otras sustancias;
Por ejemplo, frutas y verduras congeladas, o envasadas al vacío, cereales como trigo, salvado y arroz, legumbres secas, leche líquida o en polvo, entre otros. Su consumo es recomendable.
Alimentos procesados
Son los alimentos sometidos a diferentes procedimientos que incluyen métodos de cocción y de preparación y también fermentación no alcohólica; con el objetivo de aumentar la vida útil de los mismos o para modificar o mejorar sus cualidades sensoriales. La gran mayoría de los alimentos procesados tienen dos o tres ingredientes, y estos se reconocen como versiones modificadas de los alimentos del grupo anterior.
Ejemplo de ellos son los productos enlatados como choclo, arvejas y atún; conservas como duraznos en lata, quesos; pan artesanal y otros productos de panificación como pastas y fideos, levaduras, yogures en general, aceites vegetales y azúcar, entre otros. Su consumo debería ser moderado.
Alimentos ultraprocesados
Estos son productos que se obtienen a partir de la combinación de ingredientes procesados con cantidades generalmente pequeñas de alimentos sin procesar o que son mínimamente procesados. Incluyen la adición de ingredientes industriales, aditivos y conservantes que incorporan exceso de grasas, azúcares y/o sodio/sal.
Estos productos suelen tener gustos muy marcados (exageradamente dulces o salados, por ejemplo) y en general, vienen listos para consumirse o para calentar y, por lo tanto, requieren poca o ninguna preparación culinaria.
Hay cada vez más evidencia en relación al carácter de dependencia de estos productos, lo cual explica el potencial que tienen para deteriorar los hábitos alimentarios desde la infancia.
La incorporación habitual de los alimentos ultraprocesados no ayuda a la mejora de la calidad de la alimentación porque estos aportan baja o nula cantidad de vitaminas, minerales y fibra, con exceso de grasas, azúcares y/o sal.
Ejemplo de ellos son las bebidas azucaradas, galletitas dulces y saladas, amasados de pastelería, golosinas, productos de copetín, embutidos y chacinados, fiambres, carnes procesadas, helados, aderezos, entre otros. Se recomienda limitar o evitar su consumo.
Dra. Sonia Milstain. Médica especialista en Gastroenterología y Nutrición. MN. N.º. 109907 MM. N.º. 279.
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