¿Qué son y como prevenir los desgarros musculares?
¿Qué es un desgarro muscular?
Un desgarro es una lesión muscular de origen repentino que se caracteriza por un dolor punzante, inflamación y rupturas de fibras musculares en la zona afectada.
Los músculos más propensos a sufrir esta lesión son los de contracción rápida, músculos que realizan su función en más de una articulación (biarticulares) y los que requieren mayor capacidad de contraerse y relajarse en el momento adecuado (coordinación neuromuscular). Por ejemplo: cuádriceps y isquiotibiales (ubicados en la zona anterior y posterior del muslo, respectivamente), así como también el gemelo interno.
¿Cómo se clasifican los desgarros?
Podemos utilizar 4 tipos de clasificaciones para los desgarros:
- Tipo I: menos del 5% de rotura de algunas fibras, sin lesión o mínima lesión del tejido de soporte, que es el tejido que contiene o rodea el músculo.
- Tipo II: rotura de mayor número de fibras, con lesión de tejido de soporte y asociado a lesión hemorrágica, que implica un gran derrame sanguíneo por presencia de ruptura de fibras musculares y vasos sanguíneos, por eso se ve un moretón cuando hay desgarros.
- Tipo III: rotura de numerosas fibras musculares, con lesión grave del tejido de soporte y hematoma voluminoso.
- Tipo IV: rotura completa asociada a hematoma voluminoso.
¿Cómo prevenirlos?
Previo a la actividad física, se recomienda realizar un calentamiento que aumente el flujo sanguíneo a los grandes grupos musculares. De esta forma, se mejora la capacidad de contracción del músculo y desaparecen los riesgos de movimientos con el músculo en frío.
Dependiendo del deporte que se va a realizar, los ejercicios deben incluir movilidad articular de menos a más amplitud, y de menor a mayor velocidad. También se recomienda una hidratación adecuada, horas de sueño acorde a la edad, y evitar realizar actividad con un dolor muscular pre-existente, como el generado por una contractura.

