Los prebióticos, los probióticos y nuestra salud
¿Qué son?
El revestimiento del intestino está cubierto de criaturas microscópicas, en su mayoría bacterias, estas crean un microecosistema llamado microbioma. Aunque no nos damos cuenta de que están ahí, juegan un papel muy importante en tu salud e incluso pudiendo afectar tu estado de ánimo y tu comportamiento.
Ten en cuenta de que con lo que alimentas a tu microbioma puede tener el mayor impacto en su salud. Y cuanto más sano está, más sano estás tú. La clave para un microbioma sano es nutrir un equilibrio entre las casi 1000 especies diferentes de bacterias del intestino.
Hay dos maneras de mantener este equilibrio: ayudar a que crezcan los microbios que ya están allí dándoles los alimentos que les gustan (prebióticos) y añadir microbios vivos directamente a tu sistema (probióticos).
Prebióticos
Son fibras vegetales especializadas y actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino.
Los prebióticos los encontramos en muchas frutas y verduras, especialmente en aquellas que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el almidón resistente. Estos carbohidratos no son digeribles por el cuerpo, por lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios.
La lista de alimentos prebióticos es bastante larga, desde espárragos hasta batatas.
Hoy en día, la lista de suplementos prebióticos podría ser aún más larga, pero por lo general contienen un carbohidrato complejo como la fibra. Las compañías de suplementos comercializan productos para condiciones específicas, como la salud ósea y el control de peso, y argumentan que sus ingredientes mejoran el crecimiento de tipos específicos de bacterias.
Probióticos
Los probióticos son diferentes ya que contienen organismos vivos, generalmente cepas específicas de bacterias que se añaden directamente a la población de microbios sanos alojados en el intestino.
Al igual que los prebióticos, puedes tomar probióticos tanto a través de los alimentos como de suplementos. Probablemente el alimento probiótico más común y famoso es el yogurt.
El yogurt se obtiene fermentando la leche con diferentes bacterias que quedan en el producto final. Otros alimentos fermentados por bacterias, como el chucrut y el kimchi, también son buenas fuentes de probióticos.
Los suplementos probióticos también contienen organismos vivos. Una dosis única puede incluir una cepa particular de microbios o una mezcla de microbios. Al igual que con los suplementos prebióticos, se comercializan suplementos probióticos para afecciones específicas, como el síndrome del intestino irritable.
Un tipo de bacteria que se usa comúnmente es el lactobacilo. Pero hay más de 120 especies de lactobacilos, y al menos una docena de ellos se utilizan como probióticos.
Lo que es más, hay varios otros tipos de bacterias, cada una con docenas de especies, lo que da lugar a una variedad impresionante de probióticos disponibles. Incluso cuando se elige un tipo de bacteria, la cantidad en el suplemento puede variar entre marcas.
Cuando toma un probiótico, hay que investigar la afección que se desea dar tratamiento y elegir el probiótico en función de esa afección. Además, hay que tener en cuenta que aunque un probiótico puede ser prometedor en el tratamiento de una afección, es probable que la investigación se encuentre aún en sus primeras etapas.
Aunque el suplemento puede haber mejorado una afección en unas pocas personas y en una circunstancia muy limitada, puede no tener la misma eficacia en situaciones del mundo real. Como siempre, cuando consideres tomar un suplemento, habla primero con tu médico de confianza.
Dra. Sonia Milstain. Médica especialista en Gastroenterología y Nutrición. MN. N.º. 109907 MM. N.º. 279.
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