La importancia de la hidratación en el entrenamiento
Hidratarse es parte esencial del entrenamiento, ya que no sólo permite reponer las pérdidas de fluidos y electrolitos, sino que puede favorecer tu rendimiento deportivo si es que la hidratación se realiza adecuadamente, antes, durante y después del entrenamiento.
Generalmente, la hidratación se prioriza tras la realización del esfuerzo físico, ya que es en este momento en donde la persona experimenta la sensación de sed y siente las pérdidas ocasionadas por el trabajo a través del sudor. La mayoría de las veces durante la ejercitación, por cuestiones de tiempo o por no interrumpir la actividad física, se desprestigia la hidratación y olvidamos que si bebemos líquidos durante el entrenamiento nuestro rendimiento físico no se deteriorará.
Nuestro organismo requiere de un correcto balance hídrico y debido a que durante la ejercitación la pérdida de agua se incrementa para tratar de disipar el calor en forma de sudor, es preciso hidratarse para no reducir el rendimiento físico.
Cuando falta agua, el rendimiento disminuye y peor aún, si lo que se pierde tras un largo tiempo de sudor son minerales, como el potasio y el magnesio, ya que comienza a manifestarse una debilidad muscular, fatiga y hasta calambres musculares a causa de la falta de dichos minerales en el organismo.
Hasta la más mínima deshidratación produce cambios fisiológicos que pueden alterar el rendimiento deportivo, ya que por cada litro de agua que se pierde aumenta en 8 pulsaciones el ritmo cardíaco por minuto y la temperatura corporal aumenta en 0.3ºC por minuto, lo cual se traduce en mayor esfuerzo, más estrés y menor rendimiento.
Asimismo, una pérdida significativa, como puede ser un 2% del peso corporal en agua puede significar una reducción del 20 al 30% en el rendimiento.
Es fundamental que no sólo tomes agua cuando sientas sed, ya que ésta suele aparecer mucho después de que se ha iniciado la deshidratación, sino que es necesario que te hidrates antes, después y durante la práctica del entrenamiento.
No olvides que unos pocos minutos que dediques a beber agua durante el entrenamiento, permitirán que tu rendimiento mejore o se mantenga intacto, al mismo tiempo que protegerás la salud de cada uno de tus músculos.
Dependiendo de la actividad podemos obtener una hidratación adecuada con estas instrucciones:
- Beber de 2 a 3 vasos de agua dos horas antes de realizar la rutina de ejercicios.
- Beber 1 vaso de agua cada 15 minutos durante la rutina de ejercicios.
- Beber 1 vaso de agua después de la rutina de ejercicios por cada kilogramo peso corporal perdido.