Cuidar las reservas de glucógeno en los entrenamientos deportivos: estrategias y recuperación eficiente
Introducción
El glucógeno es la principal fuente de energía para los músculos durante el ejercicio. Se almacena en el hígado y el tejido muscular y se utiliza como combustible inmediato en entrenamientos de moderada a alta intensidad. Mantener reservas adecuadas y promover su recuperación post esfuerzo es esencial para optimizar el rendimiento deportivo y prevenir la fatiga prematura.
En este artículo, te explicamos cómo funciona, qué factores afectan sus niveles y qué estrategias nutricionales y de entrenamiento ayudan a conservar y reponer eficazmente tus reservas.
¿Qué es el glucógeno y por qué es importante?
El glucógeno es un polisacárido formado por moléculas de glucosa, que el cuerpo almacena principalmente en:
- Músculos esqueléticos (70–80%), como energía local durante el ejercicio.
- Hígado (20–30%), para mantener la glucemia estable entre comidas.
Durante los entrenamientos intensos, estas reservas se agotan, generando descenso del rendimiento, fatiga muscular y pérdida de coordinación. La reposición adecuada permite sostener el esfuerzo y mejorar la adaptación al entrenamiento.
Cómo se utilizan las reservas de glucógeno
La tasa de uso depende de:
- 🏋️ Intensidad: a mayor intensidad, mayor consumo.
- ⏱️ Duración: sesiones largas agotan el glucógeno progresivamente.
- 💧 Estado nutricional: dietas bajas en carbohidratos reducen la disponibilidad.
- 🧠 Entrenamiento previo: sesiones acumuladas sin reposición comprometen la recuperación.
Estrategias para cuidar y mantener las reservas
1. Alimentación adecuada
El consumo de hidratos de carbono (HC) es clave.
- Diariamente: entre 5–7 g/kg/día para deportistas recreativos y hasta 10–12 g/kg/día para atletas de resistencia.
- Fuentes recomendadas: arroz integral, avena, papa, batata, frutas, legumbres, quinoa y pan integral.
- Combinar con proteínas magras y grasas saludables mejora la respuesta metabólica.
💡 Evitar dietas extremadamente bajas en carbohidratos si el objetivo es rendir y recuperarse bien.
2. Timing nutricional
La ventana de oportunidad post entrenamiento es fundamental.
- Consumir 1–1,2 g HC/kg de peso corporal en las primeras 2 horas posteriores a la sesión.
- Añadir proteínas (0,3 g/kg) favorece la resíntesis de glucógeno (Ivy et al., 2004).
Ejemplo post entreno: batido con banana, avena y leche o yogur natural con frutas y miel.
3. Entrenamiento periodizado
La manipulación de los depósitos de glucógeno puede ser estratégica:
- 🧩 Entrenar con reservas altas: mejora rendimiento en sesiones exigentes.
- 🔁 Entrenar con reservas bajas (train low): estimula adaptaciones mitocondriales (usado en deportes de resistencia).
⚠️ Requiere control profesional para evitar sobreentrenamiento o fatiga excesiva.
4. Recuperación y descanso
El descanso es un aliado del glucógeno. Durante el sueño, el cuerpo restaura reservas si la dieta es adecuada.
- Dormir 7–9 h por noche.
- Respetar días de baja carga o descanso total.
5. Hidratación
El glucógeno se almacena junto con agua (≈3 g por cada 1 g de glucógeno).
➡️ Una buena hidratación es clave para su almacenamiento y utilización eficiente.
Síntomas de agotamiento de glucógeno
- Fatiga temprana.
- Disminución del rendimiento y la fuerza.
- Sensación de piernas pesadas.
- Mareos o hipoglucemia durante la sesión.
Ante estos signos, se recomienda ajustar la ingesta calórica y de carbohidratos.
Conclusión
El glucógeno es el combustible esencial del rendimiento deportivo. Cuidar sus reservas a través de una nutrición equilibrada, una periodización inteligente del entrenamiento y una recuperación adecuada permite entrenar más, mejor y con menor riesgo de fatiga.
Recordá: sin energía, no hay progreso.

