SALUD

Sueño polifásico: ¿mito o estrategia real de rendimiento?

Introducción

Dormir es uno de los pilares del rendimiento físico y mental. Tradicionalmente se recomiendan 7–9 horas continuas de sueño nocturno, pero en los últimos años ha resurgido el interés en el sueño polifásico: dividir el descanso en varios bloques a lo largo del día. Algunos lo presentan como un “hack” para ganar productividad, pero ¿qué dice realmente la ciencia?

Tipos de sueño polifásico

  • Bifásico: un bloque nocturno reducido + siesta diurna.
  • Everyman: 4–5 horas nocturnas + varias siestas de 20–30 minutos.
  • Uberman: solo siestas cortas (20–30 min cada 4 h).
  • Dymaxion: 4 siestas de 30 min al día (2 h totales).

Argumentos a favor

  • Mayor tiempo despierto: en teoría permite más horas productivas.
  • Flexibilidad: puede adaptarse a trabajos por turnos o deportistas con dobles sesiones.
  • Ejemplos históricos: se menciona que personajes como Leonardo da Vinci o Nikola Tesla lo practicaban.

Evidencia científica

La literatura académica es clara: no hay evidencia sólida de beneficios sostenibles del sueño polifásico extremo (Uberman o Dymaxion). De hecho:

  • Aumenta la privación de sueño profundo y de la fase REM, ambas críticas para la memoria, la reparación muscular y la regulación hormonal.
  • Estudios en militares y trabajadores de turnos muestran mayor fatiga, errores y riesgo cardiovascular.
  • El único modelo con cierta base es el bifásico, ya que una siesta corta (20–40 min) después de un bloque nocturno mejora alerta, memoria y rendimiento deportivo (NASA, 2019).

Riesgos del sueño polifásico extremo

  • Déficit cognitivo: menor memoria, concentración y creatividad.
  • Riesgo de lesiones: disminuye la capacidad de reacción y la coordinación.
  • Alteraciones metabólicas: resistencia a la insulina y estrés oxidativo.
  • Salud mental: incremento en síntomas ansiosos y depresivos.

Alternativa saludable: el sueño bifásico

  • 6–7 h nocturnas + 20–40 min de siesta → mejora el rendimiento sin riesgos.
  • La siesta corta incrementa el rendimiento físico y cognitivo, sin afectar el sueño nocturno.
  • Culturas como la mediterránea llevan siglos practicándolo con beneficios observables.

Conclusión

El sueño polifásico extremo es más mito que realidad. Puede ser atractivo en teoría, pero la ciencia muestra que compromete la salud y el rendimiento. La opción segura y útil es el sueño bifásico, que sí tiene respaldo científico. Dormir bien sigue siendo la mejor estrategia para la longevidad y el bienestar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *