Reanimación cardiopulmonar básica para no profesionales
Introducción
La reanimación cardiopulmonar (RCP) es una maniobra vital que puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Ante un paro cardiorrespiratorio, cada segundo cuenta: la atención inmediata por parte de cualquier persona presente puede duplicar o incluso triplicar las posibilidades de supervivencia.
En esta guía te explicamos cómo realizar la RCP básica si no sos profesional de la salud, siguiendo los lineamientos actualizados del Consejo Europeo de Resucitación (ERC) y la American Heart Association (AHA).
¿Qué es la RCP y por qué es tan importante actuar rápido?
La RCP (Reanimación Cardiopulmonar) consiste en combinar compresiones torácicas y ventilaciones para mantener la circulación y el flujo de oxígeno hacia el cerebro y los órganos vitales.
Cuando una persona sufre un paro cardíaco, el corazón deja de bombear sangre y el oxígeno no llega al cerebro. Si no se actúa en los primeros 3 a 5 minutos, las probabilidades de sobrevivir se reducen drásticamente.
La intervención inmediata de testigos —incluso sin experiencia médica— es crucial. Por eso, las guías modernas insisten en capacitar a la población general.
¿Cómo reconocer un paro cardiorrespiratorio?
Antes de iniciar la RCP, se deben realizar tres pasos básicos de evaluación:
- Comprobar la seguridad del entorno: asegurate de que el lugar sea seguro para vos y para la víctima.
- Evaluar la respuesta: hablale fuerte y sacudile suavemente los hombros.
- Comprobar la respiración: si no respira o lo hace de manera irregular (boqueadas), considerá que está en paro.
Si la persona no responde ni respira con normalidad, llamá inmediatamente al 112 (en Europa) o al número de emergencia local y pedí un desfibrilador (DEA) si hay uno disponible.
¿Cómo realizar la RCP básica paso a paso?
Una vez confirmada la ausencia de respiración normal:
🔹 1. Llamá a emergencias
Pedí ayuda o hacelo vos mismo si estás solo. De ser posible, activá el altavoz del teléfono para recibir instrucciones del operador.
🔹 2. Iniciá las compresiones torácicas
- Colocá las manos entrelazadas en el centro del pecho (línea media del esternón).
- Presioná con fuerza y ritmo, hundiendo unos 5 cm y dejando que el pecho se expanda completamente después de cada compresión.
- Realizá 100 a 120 compresiones por minuto, siguiendo el ritmo de la canción Stayin’ Alive (Bee Gees) o La Macarena.
🔹 3. Ventilaciones de rescate (opcional si no estás entrenado)
Si te sentís capacitado:
- Abrí la vía aérea inclinando la cabeza hacia atrás y levantando el mentón.
- Sellá la boca de la víctima con la tuya y soplá hasta ver que el pecho se eleve.
- Alterná 30 compresiones por 2 ventilaciones.
Si no sabés o no querés realizar ventilaciones, solo hacé compresiones continuas hasta que llegue ayuda o haya un desfibrilador disponible.
¿Cómo usar un desfibrilador externo automático (DEA)?
El DEA es un dispositivo que analiza el ritmo cardíaco y puede administrar una descarga eléctrica para restablecer el pulso.
- Encendelo y seguí las instrucciones de voz.
- Colocá los parches como indica el diagrama.
- Asegurate de no tocar a la víctima cuando el DEA analice o administre la descarga.
El DEA es seguro y guía paso a paso, por lo que cualquier persona puede usarlo sin riesgo.
¿Cuándo detener la RCP?
La RCP debe mantenerse hasta que:
- Lleguen los servicios de emergencia.
- La persona comience a moverse o respirar normalmente.
- Estés físicamente exhausto o el entorno sea peligroso.
Conclusión
Saber realizar una RCP básica puede convertirte en el eslabón vital entre la emergencia y la llegada de los profesionales. No se trata solo de técnica: se trata de actuar sin miedo y con decisión. Capacitarse en primeros auxilios es una responsabilidad ciudadana que puede salvar vidas en tu entorno laboral, familiar o deportivo.

