ENTRENAMIENTO

Prevención de lesiones de meniscos: el movimiento también se cuida desde adentro

Nuestros meniscos cumplen una función tan silenciosa como fundamental: amortiguan, estabilizan y protegen nuestras rodillas en cada paso, salto o giro. Son dos por rodilla —uno interno y otro externo— y están hechos de cartílago fibroelástico. Su misión es repartir las cargas de forma equilibrada dentro de la articulación, evitando el desgaste de los huesos y ayudando a mantener la estabilidad.

Por eso, cuando hablamos de prevención de lesiones, no se trata solo de evitar un mal movimiento: se trata de construir un cuerpo que acompañe con inteligencia y consciencia cada gesto deportivo o funcional. Porque lo que duele no siempre empieza con un golpe. A veces comienza con la falta de atención, de pausa, de conciencia corporal.

¿Quiénes están más expuestos a lesionarse los meniscos?

Las lesiones meniscales no son exclusivas de los deportistas de alto rendimiento. Aunque se dan con frecuencia en quienes practican deportes de contacto o con muchos cambios de dirección (fútbol, hockey, rugby, básquet), también aparecen en personas que:

  • Tienen debilidad muscular o desequilibrios en el tren inferior.
  • Entrenan sin una progresión adecuada o con una técnica deficiente.
  • Llevan una vida sedentaria y no preparan sus rodillas para el movimiento cotidiano.
  • Realizan movimientos de rotación forzada con la rodilla flexionada.
  • No respetan los tiempos de descanso, recuperación o rehabilitación después de una sobrecarga.

¿Qué podés hacer para prevenir lesiones de meniscos?

Prevenir es siempre más inteligente, económico y saludable que recuperar. Estas estrategias pueden ayudarte a cuidar tus meniscos y mantener una salud articular óptima:

🔸 Fortalecé los grupos musculares clave: cuádriceps, isquiotibiales, glúteos y core forman una red de sostén que protege a la rodilla. Un músculo fuerte ayuda a que la articulación no cargue sola con el esfuerzo.
🔸 Entrená la movilidad y la propiocepción: ejercicios de equilibrio, estabilidad y control del movimiento mejoran la respuesta neuromuscular ante situaciones inesperadas.
🔸 Mejorá la técnica en tus movimientos: tanto en los ejercicios como en los gestos deportivos específicos. Un mal patrón repetido puede generar lesiones por sobreuso.
🔸 Incluí el calentamiento y la vuelta a la calma en cada sesión: preparar el cuerpo antes de entrenar y ayudarlo a recuperarse después es clave para evitar inflamaciones o microlesiones.
🔸 Respetá tus límites y progresá de forma gradual: no se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. El sobreentrenamiento o el apuro por mejorar puede jugar en contra.
🔸 Escuchá tu cuerpo: una molestia persistente no es normal. Ante el menor síntoma, es mejor frenar, evaluar y ajustar antes que seguir y agravar la situación.

El movimiento es salud, pero también es conciencia

Cuidar los meniscos no es solo tarea del kinesiólogo o el médico. Es parte de una cultura de entrenamiento más consciente, más preventivo, más integral. Entrenar no debe ser un acto automático, sino un proceso en el que cuerpo, mente y técnica se encuentran para construir bienestar real.

En Estado Wellness creemos en una forma de moverse que respete los procesos y fortalezca desde adentro hacia afuera. No hay cuerpo fuerte sin rodillas sanas. No hay rendimiento sin prevención. Y no hay bienestar sin escucha.

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