ENTRENAMIENTO

Entrenar durante el ciclo menstrual: pautas prácticas

Introducción

El ciclo menstrual femenino no solo influye en la salud reproductiva, sino también en la energía, el metabolismo y el rendimiento deportivo. Durante años, la investigación en deporte estuvo centrada en hombres, dejando a un lado las particularidades de las mujeres. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que adaptar el entrenamiento a cada fase del ciclo puede mejorar el rendimiento y prevenir lesiones (McNulty et al., 2020).

Este artículo ofrece un recorrido por las diferentes fases del ciclo menstrual y brinda pautas prácticas para entrenar de forma segura y efectiva en cada una de ellas.


Fase menstrual (días 1–5 aprox.)

  • Características: menor energía, cólicos, fatiga.
  • Entrenamiento recomendado:
    • Yoga suave o pilates.
    • Caminatas y movilidad articular.
    • Estiramientos y ejercicios de respiración.
  • Objetivo: mantener la actividad sin sobrecargar el cuerpo.

Fase folicular (días 6–13 aprox.)

  • Características: aumento del estrógeno, mayor energía y tolerancia al dolor.
  • Entrenamiento recomendado:
    • Entrenamientos de fuerza (hipertrofia, resistencia muscular).
    • HIIT moderado.
    • Deportes de equipo que demanden agilidad.
  • Objetivo: aprovechar el pico de energía para progresar en cargas y volumen.

Ovulación (días 14–15 aprox.)

  • Características: máximo rendimiento, mejor coordinación, aumento de fuerza y potencia.
  • Entrenamiento recomendado:
    • Sesiones de velocidad y sprints.
    • Ejercicios de potencia (levantamientos olímpicos, saltos pliométricos).
    • Competencias deportivas.
  • Consideración: hay mayor laxitud ligamentaria, lo que incrementa el riesgo de lesiones en rodillas (ACL). Recomendado un buen calentamiento y trabajo de estabilidad.

Fase lútea (días 16–28 aprox.)

  • Características: predominio de progesterona, mayor fatiga, cambios en la temperatura corporal, posible retención de líquidos.
  • Entrenamiento recomendado:
    • Cardio moderado (bicicleta, natación, caminatas largas).
    • Sesiones de fuerza ligera o circuito.
    • Actividades relajantes como yoga o estiramientos.
  • Objetivo: mantener la constancia sin sobreexigir el organismo.

Consejos prácticos

  • Llevar un registro del ciclo para identificar patrones de energía y rendimiento.
  • Escuchar el cuerpo: no todas las mujeres responden igual, la individualización es clave.
  • Hidratación y nutrición adecuada: fundamental para reducir la fatiga en la fase lútea.
  • Consulta profesional: un médico o entrenador especializado puede adaptar la planificación.

Beneficios de entrenar adaptado al ciclo

  • Optimización del rendimiento físico.
  • Reducción del riesgo de lesiones.
  • Mejor recuperación muscular.
  • Mayor adherencia al entrenamiento al respetar las necesidades fisiológicas.

Conclusión

El entrenamiento femenino debe considerar las variaciones hormonales y energéticas propias del ciclo menstrual. Adaptar la intensidad y el tipo de ejercicio según cada fase no solo mejora el rendimiento deportivo, sino que también refuerza la conexión con el cuerpo y promueve un bienestar integral.

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