PRIMEROS AUXILIOS

Qué hacer ante un golpe de calor: protocolo actualizado

Introducción

El golpe de calor es una emergencia médica que puede poner en riesgo la vida si no se actúa a tiempo. Ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura interna, superando los 40 °C, lo que provoca un fallo en el sistema de termorregulación.
Aunque suele relacionarse con olas de calor o actividades al aire libre, puede presentarse también en interiores mal ventilados o durante el ejercicio intenso, especialmente en deportistas, adultos mayores y niños pequeños.

En los últimos años, el aumento de las temperaturas globales y la frecuencia de eventos climáticos extremos han hecho que conocer el protocolo actualizado de actuación sea fundamental, tanto para profesionales de la salud como para la población general.


Qué es un golpe de calor y cómo se produce

El cuerpo humano mantiene su temperatura estable a través de la sudoración y la vasodilatación. Sin embargo, cuando la exposición al calor es prolongada o el ambiente es muy húmedo, el sudor no se evapora con eficacia y el cuerpo deja de enfriarse.

Esto genera una acumulación de calor que afecta progresivamente al cerebro, los músculos, el corazón y otros órganos vitales.
Si no se trata de inmediato, puede causar convulsiones, coma o incluso la muerte.


Factores de riesgo

  • Exposición prolongada a altas temperaturas o humedad elevada.
  • Actividad física intensa sin hidratación adecuada.
  • Ropa oscura o poco transpirable.
  • Falta de aclimatación al calor (viajeros o deportistas).
  • Edad avanzada o menores de 5 años.
  • Enfermedades cardiovasculares, metabólicas o neurológicas.
  • Consumo de alcohol, drogas o medicamentos diuréticos y antihistamínicos.

Síntomas y signos de alerta

El golpe de calor puede desarrollarse de forma progresiva (tras agotamiento por calor) o súbita. Los principales signos de alarma son:

Síntomas iniciales:

  • Dolor de cabeza intenso.
  • Mareos, debilidad o desorientación.
  • Náuseas o vómitos.
  • Piel caliente, enrojecida y seca (sin sudor).
  • Pulso acelerado y respiración agitada.

Síntomas graves:

  • Temperatura corporal mayor a 40 °C.
  • Pérdida de conciencia o confusión extrema.
  • Convulsiones.
  • Falta de respuesta a estímulos.

Reconocer estos signos a tiempo es fundamental para aplicar el protocolo de emergencia antes de que se produzcan daños irreversibles.


Protocolo actualizado ante un golpe de calor (2025)

El protocolo internacional actualizado (OMS, Cruz Roja Internacional, CDC, 2023–2024) recomienda actuar con rapidez siguiendo cinco pasos esenciales:

1. Trasladar a la persona a un lugar fresco y seguro

Alejarla del sol o de la fuente de calor. Si es posible, llevarla a un ambiente ventilado o con aire acondicionado.

2. Enfriar el cuerpo de inmediato

Aplicar métodos de enfriamiento activos:

  • Quitar el exceso de ropa.
  • Mojar la piel con agua fría o envolver el cuerpo en toallas húmedas.
  • Usar ventiladores o aire acondicionado para aumentar la evaporación.
  • En casos graves, aplicar baños de inmersión en agua fría (10–15 °C) si hay medios disponibles y supervisión médica.

No usar agua helada ni hielo directamente sobre la piel en personas mayores o con enfermedades crónicas, ya que puede causar vasoconstricción y empeorar la situación.

3. Medir la temperatura corporal

Si se dispone de termómetro, controlar cada 5 minutos. El objetivo es reducirla a 38–39 °C de forma gradual, sin causar hipotermia.

4. Llamar a emergencias médicas (112 / 911 / número local)

Mientras se enfría al paciente, solicitar asistencia médica urgente. Indicar edad, síntomas y temperatura estimada.

5. Asistir mientras llega la ayuda

  • Colocar a la persona en posición semisentada si está consciente.
  • Si está inconsciente pero respira, colocarla en posición lateral de seguridad.
  • No administrar líquidos si no está completamente consciente.

Qué no se debe hacer

  • No dar bebidas azucaradas, alcohólicas ni energizantes.
  • No cubrir al afectado con mantas ni plásticos.
  • No retrasar el enfriamiento esperando asistencia médica.

Prevención: cómo evitar un golpe de calor

La prevención es la herramienta más eficaz para reducir la incidencia de estos cuadros, especialmente durante olas de calor o actividad física.

1. Hidratación constante

Beber agua antes, durante y después del ejercicio, incluso sin sentir sed. Evitar bebidas con cafeína o alcohol.

2. Ropa adecuada

Utilizar prendas livianas, claras y transpirables. Sombreros o gorras en exteriores.

3. Horarios seguros

Evitar la exposición solar entre las 11:00 y 17:00. Los entrenamientos o caminatas deben hacerse temprano o al atardecer.

4. Alimentación ligera

Priorizar frutas y verduras frescas. Evitar comidas copiosas o ricas en grasas que aumentan la producción de calor metabólico.

5. Supervisión y educación

Entrenadores, docentes y trabajadores deben estar capacitados para reconocer los primeros síntomas y aplicar el protocolo de emergencia.


Golpe de calor en deportistas

El golpe de calor por esfuerzo (EHI, Exertional Heat Illness) afecta con frecuencia a atletas y trabajadores al aire libre.
Las guías actualizadas de la National Athletic Trainers’ Association (NATA, 2023) recomiendan el método “Cool First, Transport Second” (enfriar primero, trasladar después).
Esto implica que el enfriamiento inmediato es la prioridad absoluta, incluso antes del traslado al hospital.

En contextos deportivos, los organizadores deben garantizar:

  • Acceso a zonas de sombra y agua.
  • Presencia de personal entrenado en primeros auxilios.
  • Termómetros digitales y toallas frías disponibles.

Complicaciones si no se actúa a tiempo

El golpe de calor puede causar daño multisistémico:

  • Fallo renal agudo.
  • Rabdomiólisis (destrucción muscular).
  • Alteraciones neurológicas permanentes.
  • Coagulación intravascular diseminada (CID).

La rapidez en el enfriamiento determina el pronóstico. Según la OMS, reducir la temperatura corporal a menos de 39 °C en los primeros 30 minutos aumenta la supervivencia por encima del 90 %.


Conclusión

El golpe de calor es prevenible y tratable si se actúa con rapidez y conocimiento. Aplicar el protocolo actualizado de primeros auxilios puede salvar vidas, tanto en entornos urbanos como deportivos.
La educación, la hidratación y la organización de espacios seguros son las mejores herramientas frente al calor extremo.

Recordá:

Enfriar primero, trasladar después.
Cada minuto cuenta.

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