PRIMEROS AUXILIOS

Lesiones por frío extremo — congelamiento y prevención

Introducción

El frío extremo puede poner en riesgo la salud en cuestión de minutos. Tanto en deportes de invierno, trabajos al aire libre o actividades recreativas, la exposición prolongada a bajas temperaturas aumenta el riesgo de hipotermia superficial y profundiza el peligro de lesiones como el congelamiento. Conocer los signos tempranos, actuar con rapidez y aplicar estrategias preventivas basadas en evidencia es fundamental para evitar daños permanentes.

En este artículo analizamos qué es el congelamiento, cómo reconocerlo, qué hacer y qué no hacer, y cómo prevenirlo de forma efectiva utilizando protocolos ampliamente aceptados en primeros auxilios.


¿Qué es el congelamiento?

El congelamiento (frostbite) es la lesión tisular causada por la exposición a temperaturas bajo cero. Ocurre cuando los tejidos se enfrían tanto que el flujo sanguíneo disminuye drásticamente, lo que puede provocar daño celular. Las zonas más afectadas suelen ser:

  • Dedos de manos y pies
  • Nariz
  • Orejas
  • Mejillas

La severidad depende de factores como la temperatura, el viento, la humedad, el tiempo de exposición y el nivel de movilidad.


Fases del congelamiento

1) Congelamiento superficial (frostnip)

  • Piel pálida o enrojecida
  • Sensación de hormigueo
  • Adormecimiento inicial
  • Se revierte si se calienta a tiempo

2) Congelamiento moderado

  • Piel dura y fría al tacto
  • Formación de ampollas después del recalentamiento
  • Dolor intenso al recuperar la circulación

3) Congelamiento profundo

  • Pérdida total de sensibilidad
  • Tejido rígido y blanquecino
  • Necrosis potencial
  • Requiere atención médica urgente

¿Cómo reconocer el congelamiento? (Señales tempranas)

  • Pérdida progresiva de sensibilidad
  • Piel pálida, cerosa o grisácea
  • Dureza del tejido
  • Dolor al mover la zona
  • Incapacidad para realizar movimientos finos

Reconocer estos signos temprano aumenta las posibilidades de recuperación sin complicaciones.


Primeros auxilios ante congelamiento

Qué hacer

1. Llevar a la persona a un lugar cálido y sin viento
Detener la exposición es la primera medida para evitar que la lesión avance.

2. Retirar ropa húmeda
La humedad acelera la pérdida de calor.

3. Calentar la zona de forma progresiva

  • Agua tibia (37–39 °C) durante 15–30 minutos
  • Mantener la zona inmóvil
  • Cubrir con gasas estériles

4. Administrar líquidos calientes (si la persona está consciente)
Ayudan a elevar la temperatura corporal interna.

5. Vigilar signos de shock
Frecuencia cardíaca rápida, palidez y frío intenso requieren seguimiento.

Qué NO hacer

  • No frotar la piel → Puede agravar el daño.
  • No usar fuego directo, estufas o agua caliente → Riesgo de quemaduras.
  • No caminar si hay congelamiento en los pies → Puede dañar tejidos profundos.
  • No pinchar ampollas → Aumenta riesgo de infección.

Prevención del congelamiento

1. Capas de ropa adecuadas

  • Primera capa: material térmico que seque rápido
  • Segunda capa: abrigo
  • Tercera capa: rompeviento o impermeable

2. Proteger extremidades

  • Guantes aislados
  • Medias térmicas
  • Calzado impermeable

3. Alimentación e hidratación

El cuerpo necesita energía para producir calor. Ingerir carbohidratos y líquidos calientes ayuda a mantener la termorregulación.

4. Conocer la sensación térmica

El viento reduce la temperatura percibida: un día de -5 °C con viento fuerte puede equivaler a -15 °C.

5. Evitar la exposición prolongada

Pausas cada 20–30 minutos en lugares cerrados son clave en trabajos o deportes al aire libre.


¿Cuándo acudir al médico?

  • Ampollas grandes o múltiples
  • Dolor intenso que no cede
  • Signos de infección
  • Afectación profunda o pérdida de sensibilidad prolongada
  • Dificultad para caminar o mover dedos

En casos graves, puede requerirse tratamiento hospitalario con medicamentos vasodilatadores, antibióticos o incluso intervenciones quirúrgicas.


Conclusión

El congelamiento es una lesión grave pero prevenible. Entender sus causas, actuar rápido ante los primeros síntomas y adoptar estrategias de protección adecuadas puede evitar complicaciones a largo plazo. La educación en primeros auxilios y el uso responsable del equipamiento son herramientas esenciales para quienes entrenan o trabajan en climas fríos. Reconocer, actuar y prevenir: esos son los pilares para mantenerse seguro en ambientes extremos.

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