Entrenamiento de movilidad: cómo prevenir lesiones y mejorar el rendimiento
La movilidad articular es una de las cualidades físicas más ignoradas, pero cumple un rol fundamental en la prevención de lesiones y la eficiencia motriz. A diferencia de la simple flexibilidad, que hace foco en la elongación pasiva de los músculos, la movilidad implica control activo del rango articular, coordinación neuromuscular y estabilidad funcional.
En deportes de contacto, entrenamiento funcional, running o simplemente al entrenar fuerza, un déficit de movilidad en caderas, tobillos, hombros o columna torácica puede traducirse en patrones compensatorios, pérdida de fuerza o dolor crónico. Por eso, la movilidad no es solo para yoguis o bailarines: es una herramienta esencial para cualquier persona que entrene o tenga una vida físicamente activa.
¿Qué dice la evidencia?
Un metaanálisis reciente publicado en Annals of Medicine (2024) analizó 21 estudios con atletas juveniles y adultos. La inclusión sistemática de sesiones de movilidad en los programas de entrenamiento redujo en promedio un 33 % las lesiones osteomusculares, especialmente esguinces, tendinopatías y sobrecargas. Otros estudios muestran mejoras en la técnica de levantamientos olímpicos y una reducción significativa en la percepción de rigidez articular.
Beneficios clave del trabajo de movilidad
- Prevención de lesiones: mejorar el rango funcional evita que otras estructuras compensen (por ejemplo, rodillas cuando falta dorsiflexión de tobillo).
- Mejor rendimiento deportivo: movimientos más eficientes consumen menos energía y permiten aplicar fuerza con menos interferencias.
- Postura y respiración optimizadas: la apertura de caja torácica y columna torácica mejora la mecánica respiratoria.
- Reducción del dolor articular crónico: los ejercicios controlados ayudan a movilizar tejido conectivo y disminuir molestias.
Cómo incorporar movilidad en tu semana de entrenamiento
| Momento del día o sesión | Tipo de ejercicios | Duración recomendada |
|---|---|---|
| Calentamiento dinámico | Movilidad activa | 5‑10 minutos |
| Luego del entrenamiento | Estiramientos activos + respiración | 10 minutos |
| Días de recuperación | Flujos de movilidad guiados | 20‑30 minutos |
Ejemplo de rutina express (15 minutos)
- Gateo lateral tipo “lizard crawl” – 2×10 metros
- Estocada caminando con rotación torácica – 2×10 reps
- Sentadilla fondo asistida (Pistol) – 2×8 por lado
- Estiramiento “Cossack” – 2×10 reps
- Rotaciones torácicas en cuadrupedia – 2×12 reps
Recomendaciones prácticas
- Preferí la constancia antes que el volumen. Hacer 5 minutos todos los días es más efectivo que una hora una vez por semana.
- Progresá desde el control hasta la carga. No saltes a movimientos balísticos (como swings de kettlebell) si no dominás el rango bajo carga controlada.
- Grabate entrenando. Ver tu postura y compararla con lo que sentís es clave para detectar disfunciones.
- Incorporá herramientas: foam roller, mini-bands, pelotas de lacrosse o sticks de movilidad te pueden ayudar a trabajar zonas específicas.
¿Para quién es este tipo de entrenamiento?
- Personas con vida sedentaria y articulaciones rígidas.
- Deportistas amateur o profesionales que quieren prevenir lesiones.
- Personas mayores que buscan mantener independencia y agilidad.
- Practicantes de fuerza, yoga, running, ciclismo, deportes colectivos, etc.
El entrenamiento de movilidad no es una moda ni un accesorio: es la base sobre la cual se construye un cuerpo funcional y longevo. Invertir 10 a 15 minutos por día en estos movimientos puede significar años sin lesiones evitables.

