1º de mayo: Día del Trabajador — Un homenaje a quienes sostienen el país con esfuerzo, dignidad y compromiso
En este nuevo 1º de mayo, saludamos a todas y todos los trabajadores de la Argentina, que cada día sostienen con su esfuerzo, su tiempo y su vocación un país profundamente atravesado por desigualdades, incertidumbre económica y políticas que muchas veces atentan contra sus derechos más básicos.
Este año, más que nunca, la fecha nos invita a reflexionar, resistir y abrazar la solidaridad. En un contexto de ajuste, precarización y pérdida de poder adquisitivo, el trabajo se vuelve no solo un medio de vida, sino también un acto de dignidad y una herramienta de transformación colectiva.
¿Qué valor le damos al trabajo en nuestra vida cotidiana? ¿Somos conscientes del impacto de nuestro rol, por más pequeño que parezca?
Queremos dedicar un reconocimiento especial a los y las profesionales de la educación física, la actividad física y el deporte, cuyo trabajo cotidiano impacta directamente en la salud, el desarrollo personal y el tejido social. Su tarea es silenciosa muchas veces, pero profundamente significativa: forman, contienen, motivan, enseñan y cuidan.
Desde los jardines de infantes hasta los centros de alto rendimiento, desde los clubes barriales hasta los espacios de salud comunitaria, son miles los trabajadores y trabajadoras del movimiento que, con creatividad y entrega, sostienen procesos educativos, recreativos y terapéuticos.
¿Qué lugar ocupa el cuerpo en las políticas públicas? ¿Por qué se sigue subestimando el valor del movimiento como derecho, como prevención, como cultura?
En particular, queremos destacar también a los y las profes que trabajan con personas con discapacidad, un sector muchas veces relegado en las prioridades del sistema. Ellos y ellas no solo diseñan propuestas adaptadas y accesibles, sino que también garantizan derechos, abren caminos de autonomía y derriban prejuicios desde la práctica cotidiana. Su rol es vital para construir una sociedad verdaderamente inclusiva y con igualdad de oportunidades.
¿Qué tan inclusivos somos como sociedad? ¿Escuchamos realmente las necesidades de las personas con discapacidad o seguimos hablando por ellas?
Hoy es tiempo de visibilizar, de agradecer y también de reclamar lo que corresponde: condiciones laborales dignas, reconocimiento profesional, estabilidad y salarios justos. Porque el compromiso y la pasión no deben ser excusas para la explotación. Porque educar, entrenar, acompañar y rehabilitar son trabajos que merecen respeto, inversión y jerarquía.
¿Hasta cuándo vamos a naturalizar la precarización de quienes trabajan con cuerpos, emociones, salud y vínculos? ¿Qué pasaría si nos detuviéramos a reconocer el valor real de cada profesión?
En este 1º de mayo, abrazamos a quienes, desde su lugar, siguen apostando al trabajo como motor de cambio y esperanza. Porque sin trabajadores y trabajadoras no hay país posible. Y porque una Argentina en movimiento también se construye desde el aula, la cancha, el gimnasio, la plaza y el corazón de cada comunidad.