4 Tips desde las neurociencias para enfrentar la ansiedad
Todas las personas, en algún momento de su vida, han sentido ansiedad o nerviosismo ante alguna situación; sin embargo, para algunas de ellas, esto puede ser todo un desafío, ya que no saben cómo lidiar con estas sensaciones cuando su cerebro percibe ciertas situaciones como peligrosas, cuando en realidad no lo son.
Por eso, para aprender a enfrentar la ansiedad, la neurociencia tiene cuatro consejos que puedes aplicar en tu vida diaria y aquí te los mostramos:
1. Evita los pensamientos irracionales
Durante un episodio de ansiedad, nuestro cerebro tiende a juntar información de manera errónea creando automáticamente distorsiones cognitivas, como pensamientos catastróficos, que aumentan el malestar. Una forma de combatir estos pensamientos, los cuales suelen ser similares a “me voy a morir” o “me va a dar un paro cardiaco”, es verbalizar lo que estamos viviendo, por ejemplo, decir en voz alta” estoy sudando, pero solo estoy atravesando un episodio de ansiedad, voy a sentirme bien en un rato”.
De esta manera, el confrontar los pensamientos negativos, examinándolos de una manera crítica para identificar la distorsión y lo irracional, permite manejar mucho mejor la ansiedad.
2. Realiza ejercicio regularmente
El ejercitarte te permite liberar endorfinas, unos neurotransmisores que sirven como analgésicos y ayudan a mejorar el estado de ánimo. Además, el ejercicio regula y mejora el sistema cardiovascular, así como también reduce la tensión muscular. Con tan solo realizar 20 minutos de ejercicio al día podrás combatir la ansiedad, ya que reducirás el estrés, y tendrás una mayor sensación de bienestar y placer.
3. Practica ejercicios de respiración
Los ejercicios de respiración profunda incluye directamente sobre el sistema nervioso, por lo que ayuda a calmar más rápido la ansiedad. Además, hacer prácticas de relajación también contribuye a aumentar la conciencia y la atención en el momento presente, reduciendo así los pensamientos negativos y las preocupaciones que desencadenan la ansiedad.
4. Crea una rutina diaria
Al establecer una rutina creamos un control sobre la realidad, porque ya no pensamos tanto en qué haremos, sino que ya sabemos qué hacer, y esto es tranquilizador. Los hábitos desarrollan nuestra seguridad y nos permiten aprender sobre disciplina, así nuestra energía y mente se pueden enfocar solo en asuntos necesarios o placenteros. Por lo tanto, una rutina proporciona sensación de estructura y previsibilidad reduciendo la incertidumbre que acompaña a la ansiedad.
Fuente: neurocienciasaplicadas.org